MISION INTERNACIONAL REINO ETERNO

“La fe, como una semilla plantada en el corazón, necesita del amor para crecer y florecer. El amor es el sol que ilumina nuestro camino espiritual, disipando las sombras de la duda y la incertidumbre. Cuando la fe y el amor se unen, se crea una fuerza inquebrantable que nos impulsa a superar cualquier obstáculo y a alcanzar nuestras más altas aspiraciones. La fe nos permite creer en lo invisible, mientras que el amor nos conecta con todo lo que nos rodea, creando un sentido de pertenencia y unidad. Al amar a los demás y a nosotros mismos, fortalecemos nuestra fe y nos abrimos a la experiencia de lo divino. En este sentido, la fe y el amor son dos caras de la misma moneda, inseparables e interdependientes.”

"La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." - Hebreos 11:1

“La fe no se trata de ver para creer, sino de creer para ver. Es confiar en el plan de Dios, aun cuando no podamos comprenderlo por completo. Nos da la certeza de que, aunque los desafíos parezcan insuperables, hay una esperanza que sostiene y una promesa que se cumplirá. La verdadera fe es el ancla que nos mantiene firmes, incluso en las tormentas de la vida.”



"Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas." - Josué 1:7

“La clave para conquistar tus objetivos y alcanzar el éxito radica en combinar una fe inquebrantable con una determinación inflexible, guiándote siempre por principios sólidos y una visión clara, cimentados en la roca que es Cristo, sin permitir que la duda o la indecisión te desvíen del camino hacia tu destino.”

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